Muchas personas se preguntan si pueden corregir su maloclusión de tipo II o III sólo con ortodoncia y así evitar pasar por quirófano. Para aclarar esta duda, es necesario visualizar el campo de acción de ambas especialidades: la ortodoncia y la cirugía ortognática.
Un tratamiento de ortodoncia va a actuar sobre los dientes, corrigiendo su posición en las arcadas dentarias, pero, aunque es verdad que en una fase temprana del desarrollo se puede influenciar el desarrollo de los huesos, en adultos la ortodoncia no suele tener ninguna incidencia sobre la estructura ósea.
Para corregir la posición de la estructura ósea facial se debe recurrir a un cirujano maxilofacial, el único especialista con la formación específica para llevar a cabo este tipo de procedimientos. Dentro de las áreas de actuación de un cirujano maxilofacial encontramos la cirugía ortognática, encargada de movilizar los huesos maxilar y mandibular, y por tanto el procedimiento indicado para corregir una maloclusión ósea.
Así pues, la ortodoncia actuará únicamente sobre los dientes, y la cirugía ortognática sobre los huesos. En los casos de maloclusión clase II y clase III en adultos, es necesario movilizar ambos, por lo que el tratamiento indicado es una combinación de tratamiento ortodóncico y cirugía ortognática.
El tratamiento de ortodoncia suele empezar alrededor de un año antes de que se realice la cirugía ortognática. Durante este tiempo, el ortodoncista recolocará poco a poco los dientes para lograr una mordida perfecta después de la cirugía. Es decir, antes de la cirugía los dientes no estarán bien alineados, pero una vez hechos los movimientos óseos necesarios (en quirófano), las arcadas dentarias encajarán a la perfección.
Cabe destacar que, aunque el tratamiento para corregir las maloclusiones sea largo y pase por quirófano, la mejora funcional y estética conseguida supera con creces la incomodidad del mismo. De igual forma, el tratamiento ortodóncico post- quirúrgico, y una retención adecuada al terminar definitivamente la ortodoncia, juegan también un papel muy importante para conseguir una mejor estabilidad de los resultados de la cirugía ortognática.
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