La Dra. Raquel Guijarro nos comenta una interesante noticia que relaciona el lenguaje corporal y la mentira.
Todas las mentiras generan una reacción psicofisiológica en nuestro organismo. Esta reacción activa el sistema nervioso simpático y hace que al mentiroso le tiemble la voz, se rasque la nariz, levante ligeramente los hombros…
Las microexpresiones faciales
Pues bien; en el VI Foro Internacional de Grafología, Psicología del Rostro y Lenguaje Corporal los científicos han ido un poco más allá y han definido las llamadas microexpresiones faciales. Se trata de gestos involuntarios que duran apenas una vigésima de segundo y están en relación al estado anímico que el interlocutor intenta ocultar.
Así, por ejemplo, una persona que siente desprecio tiende a apretar la comisura labial y a elevarla de manera asimétrica respecto a la otra. Por otro lado, la sensación de miedo hace que la persona levante las cejas y los párpados superiores, tense los párpados inferiores y estire las comisuras labiales hacia las orejas. De hecho, existen descripciones de las 7 expresiones universales del hombre: desprecio, miedo, ira, sorpresa, tristeza, alegría y asco.
La ciencia, el mejor detector de mentiras
La detección de estas microexpresiones faciales denotan que el individuo está incómodo y sufre una disputa interna. Son reacciones que pasan desapercibidas para la mayoría de la gente, pero no son indetectables para el ojo entrenado. Así pues, que los mentirosos presten atención: ni el más experimentado de los embusteros puede controlar al 100% lo que la ciencia ha descubierto.