La Dra. Adaia Valls nos expone su interesante opinión sobre el nuevo dispositivo tecnológico, el “microscopio-boli”, que funciona como una herramienta para realizar análisis rápidos y no invasivos en Oncología.
La cirugía oncológica debe ser agresiva a la vez que conservadora: es decir, debe ser suficientemente agresiva como para eliminar todas las células malignas con márgenes de seguridad, a la vez que lo más conservadora posible para preservar la anatomía y la funcionalidad del órgano.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
El diagnóstico de la patología oncológica se realiza mediante pruebas anatomopatológicas (estudio de la celularidad del tumor) y tests radiológicos (evaluación de la extensión y del estadio tumoral).
Actualmente, además, existen múltiples técnicas de imagen en tres dimensiones para planificar las cirugías de forma virtual previamente a la cirugía. De este modo, se obtienen mejores resultados finales, menor morbilidad para el paciente y se acorta el tiempo quirúrgico.
También se han desarrollado diferentes herramientas que asisten al cirujano durante el acto quirúrgico, como:
-El neuroestimulador, que es un complemento perfecto para localizar estructuras nerviosas, como el nervio facial, por ejemplo.
-Cirugía navegada o asistida por computador, que nos aporta una visión en 3D asistida por computador de la zona anatómica que estamos operando y, al mismo tiempo, compararlo con la cirugía que hemos planificado previamente.
EL MICROSCOPIO BOLI, ¿CUÁL ES SU FUTURO?
La herramienta descrita por el grupo de investigadores sería beneficiosa tanto a nivel de diagnóstico precoz como a nivel quirúrgico. En primer lugar, ante una lesión sospechosa nos permitiría detectar aquellos tejidos con invasión neoplásica de forma rápida. También, en el momento quirúrgico de la resección de una neoplasia, nos permitiría detectar en el momento de la operación los tejidos con células malignas, lo cual representa un gran avance que encaja a la perfección con los objetivos de la cirugía oncológica: agresiva a la vez que conservadora.
Sin embargo, esta herramienta debe ser estudiada y ampliamente probada a nivel oncológico para obtener un nivel de detección igual o mayor al gold estándar actual: el estudio anatomopatológico. De no ser así, no podríamos considerarla una técnica sustitutiva y deberíamos especificar con detalle sus aplicaciones clínicas.